Imagínate que estás perdido. Estás explorando un lugar nuevo y no sabes por dónde empezar. La sensación de perderse puede ser de angustia, desconsuelo o inquietud. Pero también puede ser de entusiasmo y curiosidad por explorar lo desconocido. El Semillero te guía para transformar la inquietud de estar perdido al entusiasmo de desentrañar misterios y curiosidades de lo más emocionantes, y lo hace a través del valor de la búsqueda.
La búsqueda es uno de los criterios que le dan propósito a vivir el hermoso proceso que es la vida. Es la persecución de algo inalcanzable, algo que te llama desde lo lejos. Y eso causa que toda tu vida estés en movimiento en dirección de tu propósito. “Si me dieran a elegir entre la búsqueda de la verdad o la verdad absoluta, elegiría la búsqueda”.
Similarmente, el propósito de resolverse a uno mismo es el trabajo eterno de perfeccionarse sabiendo que eres perfectible, mas nunca perfecto.
La búsqueda como origen de la genialidad.
En busca de sabiduría cualquier experiencia es memorable.
Invito al lector a respirar un momento.
Comprendamos al genio. ¿Quién es aquel que ha podido llegar al entendimiento más profundo? ¿Cómo es que hay quienes pueden pasar años resolviendo el mismo problema para llegar a donde nadie ha llegado?
Es imprescindible comprender que para alcanzar tales niveles, se empieza por el entusiasmo de explorar cualquier camino que se abre frente a ti. Es la sensación de ver cómo una puerta a otro mundo se abre frente a ti. Solo si te dispones a entrar en ese mundo desconocido, puedes desentrañar secretos y misterios que le dan significado al hecho de estar vivo. Haciendo preguntas, dejando que el proceso te lleve a donde no conoces, descubriendo la belleza escondida que guarda todo lo que existe. Es así como llegas a más conocimiento, seguido de más sabiduría, seguido de más experiencia, para regresar y repetir los ciclos. Comprendiendo lo que es, y lo que alguna vez fue.